UNA MIRADA PSICO-BIO-SOCIAL
La mirada e interés sobre
los procesos de envejecimiento es un
tema de interés científico que no surge de momento, algunas disciplinas como la
medicina y la biología fueron las primeras interesadas en buscar elementos para
poder lograr la prolongación de la vida y permitir mantener la juventud por más
tiempo.
A esa principal búsqueda se
unió la psicología como la primera ciencia social que se interesaba en este
campo.
Desde la perspectiva psico-
bio –social, se entiende envejecimiento desde las tres dimensiones que motivan
en un proceso de adaptaciones a las condiciones que ofrece la sociedad y es por
eso que puede verse como un proceso también único en la manera de envejecer.
Aspectos
psicológicos: corresponden a todas las habilidades y
funciones cognitivas que van transformándose con la edad, en este aspecto
interfieren en especial los pensamientos y la visión que cada persona tenga de
si misma, mantener actitudes positivas o negativas frente al funcionamiento
cognitivo es fundamental, en el proceso de prolongación de la juventud, como en
algunos casos el envejecimiento llega de
manera prematura, la vida es una constante asociada de perdidas, trastornos
físicos, mentales y de la personalidad. Que tienen más que ver, en su constante
con la salud mental.
Según investigaciones “El peruano Moisés Gaviria Vilches,
profesor de la Universidad de Illinois, en Chicago, ha pronunciado una
conferencia magistral en Vigo sobre el envejecimiento del cerebro. A su juicio,
los resultados de las últimas investigaciones apuntan algunas claves para
alcanzar los cien años con lucidez mental y que se resumen en ejercicio
intelectual, ausencia de depresión, alcohol y tabaco, una actitud positiva ante
la vida, sentido del humor, un buen manejo del estrés y una misión en la vida”.
Aspectos
biológicos: el cuerpo en su proceso de maduración, y evolución va
transformando sus equivalencias a través de un declinamiento en su función para
reproducir células nuevas, este proceso es gradual y no acelerado. En muchos
estudios de longevidad se ha demostrado que en sus funciones biológicas y
cognitivas “el hombre está programado
para vivir 200 años”. Puede vivir ese tiempo; si., con seguridad, pero las
circunstancias que le rodean acortan esa posibilidad. Que estas circunstancias constituyen
más un estado mental de vivencias culturales
y su historia.
La enfermedad y el desgaste
en estos tiempos debería ser redefinido, nos estamos limitando a funciones
simplemente mecanicistas desde una biología pensada para la enfermedad, se ha
confirmado que una persona puede vivir biológicamente activa y con
funcionalidad mayor; que una persona 20 años mas joven, esta funcionalidad
depende de el grado de actividad, aceptación y agradecimiento por la vida,
capacidad de superación y el disfrute de los pequeños placeres de la vida.
Aspectos
sociales: esta relacionada con el ámbito e interacción que tienen
las personas en la sociedad, en una cultura donde se pondera la juventud y el
envejecimiento puede ser tomado de manera positiva o negativa, en este aspecto
se escoge una edad donde se definen los activos de los pasivos, 56 años para
ser viejos, y 65 improductivos, una creencia tan absurda para muchas personas que
sobrepasan los 70 y aun están vigentes en todas sus funciones vitales, es
cierto que por motivos sociales las personas tienen derecho al descanso pero
también a ser incluidos en otras actividades que les permitan seguir
sintiéndose jóvenes pese a algunas circunstancias donde algunas a esta edad han
perdido funciones vitales importantes.
Uno de los mayores factores
de envejecimiento y perdida vital en el ser humano tiene que ver con las
funciones vitales, motoras y cognitivas y concierne directamente a los trastornos afectivos, al no poder
manejar adecuadamente las emociones están afectan de manera gradual el
comportamiento y el funcionamiento biológico en el ser humano y su capacidad
para superar los obstáculos naturales que surgen en el ser humano.
Se entiende que estos
aspectos van ligados unos a otros y que no se pueden desvincular y se articulan
entre si, permitir rediseñar formas de vida, y dar reconocimiento de la vejez,
en la sociedad actual; es el reto, vincular esta etapa primordial en el ser
humano definida y entendida no como un imaginario social si no como una
realidad colectiva donde, se pretenda que cada persona sea sujeto activo, redefinida para mi como “edad
madura”. Una época que permite disfrutar del todo natural y se pueda aportar
significativamente desde su sabiduría, conocimiento, experiencias y vivencias.
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