sábado, 13 de octubre de 2012

¿QUE PENSAMOS DE LA SEXUALIDAD EN LOS ANCIANOS?

Escrito por:  Lorena Fernández


Saber envejecer es una obra maestra de la sabiduría, y una de las partes más difíciles del gran arte de vivir”.
Henri Frederick Amiel

¿QUE PENSAMOS DE LA SEXUALIAD EN LOS ANCIANOS?

Tratar de negar la existencia de la sexualidad en los ancianos sería incorrecto, ya que la sexualidad es una constante vital que se va desarrollando a lo largo de nuestras vidas y nos acompaña hasta la muerte. En este sentido, me parece muy adecuado presentarlo que afirmaba el Profesor López Aranguren, acerca de la valoración social de la sexualidad en los ancianos, en su libro “La vejez como auto realización personal y social”.
“La vida sexual es un aspecto de la vida de los ancianos mal conocido, el cual hasta hace poco tiempo era inabordable. De la vida sexual de los ancianos solamente se hablaba cuando era motivo de escándalo. Una moral victoriana quería ignorar su existencia, por lo que cualquier manifestación era considerada como una forma de conducta improcedente o como una desviación. Sabemos muy poca cosa. Pero hoy podemos decir que no hay un límite crono -lógico después del cual la vida sexual desaparece”.
Desgraciadamente, este hecho cultural y social, sumado al escaso conocimiento que tienen los ancianos sobre los cambios que experimenta su organismo con el envejecimiento, han contribuido de una manera rotunda a generalizar una forma de pensar equivocada, que hace sinónimos envejecimiento y pérdida de actividad sexual. El resultado final es que, la gran mayoría de la sociedad, y lo que es todavía peor, que incluso una gran parte de los profesionales sanitarios piensan que el anciano es un ser asexual por definición. Probablemente, un porcentaje importante de responsabilidad en este tema recaiga sobre ciertos hábitos educativos y culturales, tanto de la sociedad general como de los propios profesionales sanitarios, ya que hasta hace muy poco tiempo no se consideraba correcto hablar públicamente de la sexualidad, y en el caso concreto de los ancianos podía parecer hasta “improcedente” plantear si quiera la posibilidad de que tengan su propia sexualidad.
Por todo ello, no podemos seguir pensado que la sexualidad se termina al cumplir una determinada edad, y sería muy positivo que todos consideráramos a la sexualidad como una función más de la persona mayor, la cual se puede mantener con un patrón individual y diferente al previo, respetando tanto a los ancianos que quieran seguir expresando su sexualidad como a aquellos que prefieran reducir o prescindir de esta función. En este sentido, no hay que olvidar que cada vez está más integrada la sexualidad dentro de la calidad de vida, incluso en la de los ancianos.
www.imsersomayores.csic.es/.../imserso-nuevasmiradas-01.pdf

No hay comentarios:

Publicar un comentario